viernes, 29 de julio de 2011

Historia

Cada billete emitido tenía que estar respaldado por un depósito en metálico, por lo que era un documento que garantizaba que se podía convertir en moneda acuñada, por el monto y en el banco que se indicaba en él. No obstante, su aceptación en el comercio y para la venta de servicios no era obligatoria.
Por tal motivo, el papel moneda que se utilizó desde 1858 tuvo como finalidad sustituir la moneda para facilitar las transacciones en las que se requerían grandes cantidades de dinero.
En la segunda mitad del siglo XIX nacieron otros bancos con potestad de emitir billetes: el Banco Anglo Costarricense (1863), el Banco de la Unión (1877) (que cambió su nombre en 1890 por el de Banco de Costa Rica), el Banco Herediano (1879), entre muchos otros, algunos de los cuales tuvieron una vida muy corta.

Fuente Bibliográfica : Folletos Técnicos Fundación Museo Numismática Banco Central de Costa Ric

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